¡A por la revolución de la educación!

Ken Robinson afirma que las personas desperdiciamos nuestros talentos, ya que la mayoría ni siquiera sabemos si tenemos o cuáles son. Por lo tanto hay dos tipos de personas en el mundo: las que no les gusta lo que hacen, y las que no podrían vivir sin hacer aquello que hacen. Robinson piensa que una de las causas es la educación, es decir, que la educación aleja a las personas de sus talentos o simplemente no los deja nacer.

Un maestro no puede esperar a que “aparezca” un alumno con talento. Estos talentos que tenemos las personas están escondidos y hay que crear situaciones adecuadas para que puedan aparecer. El sistema educativo mundial no es el adecuado, pero no basta con reformarlo, la solución está en revolucionar la educación.

Comparto la opinión de Robinson cuando habla de la innovación como uno de los pilares fundamentales, aunque sea difícil es imprescindible. En los últimos años la sociedad ha cambiado de forma muy rápida, y la escuela no puede quedarse atrás. La escuela siempre tiene que estar a la altura de la sociedad para poder preparar a los alumnos y que estén a la altura, que tengan todo lo que necesitan saber y esto se amolde a la sociedad en la que viven y no en la sociedad de hace décadas. Es necesario que al maestro le guste su trabajo, porque de este modo pondrá mucho más interés y probablemente hará las cosas mejor.

El proceso de las personas no es mecánico, es un proceso orgánico. Los niños no tienen que ser clonaciones, la educación no debe ser lineal. Se debe dejar experimentar a los niños para que de este modo aprendan por ellos mismos a solucionar sus problemas, aunque siempre con un apoyo externo del profesor.

Estoy de acuerdo con la conferencia de Ken Robinson, nosotros, como futuros maestros debemos cambiar lo que se hace mal, a pesar de ser un trabajo difícil, finalmente obtendremos buenos potenciales de los alumnos, y habremos desarrollado al completo todas sus capacidades, especialmente aquellas que mejor se les dan, siempre y cuando partamos de ellas.